30/6/12

La chiripa ejecutiva

    
Tomado sin autorización de http://www.casadeinsecticidas.com.ar/detalle_plaga.php?id_plaga=5




Empezaremos conceptualizando, pues esto de tener amigos y lectores en varias culturas, obliga a unificar el lenguaje: 


chiripa.

1. f. En el juego de billar, suerte favorable que se gana por casualidad. 
2. f. coloq. carambola (‖ casualidad favorable). 
3. f. Ven. Especie de cucaracha.

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     Pues sí, es una especie de cucaracha. Es una cucaracha pequeñita, de color mas claro, como miel y que aparece en los lugares más insospechados, especialmente se convierte en la plaga de los desagües de basuras o en lo que comunica a tu piso con el del guarro (cochino) del vecino.
     En Venezuela, a pesar de lo que menciona la real academia española de la lengua, nosotros también lo usamos como "carambola", por ejemplo:

- Asaltaron la farmacia cuando estaba comprando dentro...
¿-Y no te robaron? 
-No, me salvé de chiripa!"

     La cosa es pues, que una vez entendido y visualizado el bichejo, empieza la historia de la chiripa ejecutiva.

     Me voy a vivir a La Palma. (dentro de una semana!!!!!!)
 Sí, a la isla "Bonita", donde si pusieran un techo sería un manicomio según dice alguien que yo conozco. Dentro de un mes se me escucharán frases como.
-"Jesuuuuuuuuuuuuus!"- o "Siiiiiiiiiiiiiiiiii"- (entiéndase, un cantadito).

     Estoy como loca buscando piso, haciendo trámites y eso y por supuesto, volando mucho. Todo lo que en un país normal se hace en autobús o en coche o en tren o en tranvía... En estas maravillosas islas  se hace en barco o en avión.
Vuelo de ida a ver pisos, vuelo de vuelta...vuelo de ida a ver pisos, vuelo de vuelta...

     En una de las vueltas, tengo sentado a mi lado, en el pasillo contrario, a un hombre de unos cuarenta y poco años. Blanco rojo, con sobrepeso importante, que lleva una tablet y un iphone a la vez. Por uno ve algo como unas gráficas de estadísticas y por el otro habla y escribe mensajes. Anuncian que tenemos que apagar los equipos y el hombre obedece. 

     En el momento en el que la azafata termina de decir las medidas de seguridad y se sienta. En el momento exacto en el que el avión acelera y empuja tu humanidad contra tu propio asiento... veo caminando a buena velocidad sobre nuestras cabezas...a una chiripa.

     Simultaneamente el hombre rojo empieza a abanicarse y se coloca los chorros de aire acondicionado directamente hacia él. Se sube las mangas de su camisa, se pasa las manos por la cara, gesticula y demuestra claramente que está cargado de tensión.
(-Este está al borde del ACV- pienso)

     Con un ojo en el hombre de orejas rojas y con otro en la chiripa aviadora, tomo el folleto de instrucciones de seguridad como arma defensiva, mientras el avión va levantando la trompa y cada vez nos pegamos más y más del asiento. Noto como la bicha pasa sobre las cabezas inocentes en las sillas frente a mí que no sospechan al animal que planea sobre ellos.

     El hombre de las orejas rojas llama a la azafata, le traen un vaso de agua con azúcar, una toallita perfumada... le dicen que sólo son 30 minutos, que "si necesita algo estamos a para servirle..."

     Mientras la chiripa cambia el sentido de su marcha alejándose de mi puesto y haciéndome bajar la guardia... Guardo la hoja plastificada que me serviría como arma defensiva y me pongo a vigilar al hombre rojo que se mueve y se revuelve, subiéndose y bajándose las mangas.

     (-Este tiene un ataque de ansiedad en 5 minutos... cómo era que se hacía? respirar en una bolsa, tomarle de la mano, relájese...)

     Vuelvo el ojo a la chiripa -todo esto despegando el avión!- para inmediatamente descubrir que empieza a volver en mi dirección y cuando por fin el avión levanta las ruedas del suelo y empieza a subrir... la bicha  cae directamente al pasajero que va  a mi lado!.

-Señor! señor! Le cayó una chiripa!!
El hombre me mira con cara de ¿Una qué?
-¡Una chiripa, una chiripa! ¡La tiene en la chaqueta!
(Y yo la veía esconderse, moverse furtivamente y pensando que en cualquier momento me saltaría a mí!)

El hombre por fin entiende que le cayó una "cucaracha" y sin más la mata sobre su ropa y se sacude.

Agradecida y asqueada, recuerdo que sólo a mí me pasan estas cosas.

El hombre rojo sigue en las suyas, pero como sólo son 30 minutos, incluyendo despegue y aterrizaje, ya pasan con más agua y una ambrosía... y a todos se nos va la vista a Teide... y respiramos.



Me tomo el atrevimiento de pegar el enlace de una página ilustrativa para quien guste ampliar conocimientos sobre cucarachas: AQUÍ


1 comentario:

VISUALGUILLE dijo...

Jajajaja pues, de chiripa, no me da un ataque.