Para mí no es algo novedoso.
Cuando vas para Chichiriviche o Tucacas, siempre pasas al lado del "Palito", una refinería muy importante en Venezuela.
Ves sus tuberías, su chimenea encendida, sus tanques y sigues, destino a las paradisíacas playas, como si ese amasijo de hierro y petróleo, de química y hombres, fuera ajeno a todo lo demás.
Esta ciudad, me repito, tiene una refinería.
Según me han dicho, al principio era "en las afueras" de Santa Cruz de Tenerife; pero al crecer la ciudad, se ha visto envuelta por la gente, los comercios y las calles.
Sus tanques están pintados, con azules y verdes, supongo que para disimular su alma industrial.
Esta ciudad es vecina de África. Estamos en la Macaronesia.
Eso puede no significar nada para muchos, pero de vez en cuando, nos visitan los vientos del continente.
La calima, que en un sentido romántico se puede imaginar como una tormenta de arena de Hollywood, es tierra en suspensión, que llega a nuestras islas transportada por el viento.
Digo tierra, porque le quita lo poético, porque eso es lo que es.
El cielo se pone marrón, hay mucho calor, cesa la brisa que viene del mar y nos refresca, los alérgicos sufren mucho (aparte de tierra trae hongos y quien sabe cuantas cosas más) y todo queda sucio.
Ah! pero este post se llama calima y refinería, porque van de la mano. Cuando hay Calima, significa que los vientos vienen desde el Sur (sureste) y aparte de venir con tierra, arrastran a su paso por la refinería sus delicados gases y perfumes.
La ciudad se viste de marrón tierra y se perfuma de químicos. Vamos, que esos días (afortunadamente pocos) desaparece nuestra percepción de paraíso y las islas afortunadas, no lo son tanto.
(Hoy hay calima y la refinería está apestando).
Petroquímica - Morón. Venezuela. Foto: J. |
Cayo Sombrero. Tucacas. venezuela. Foto: C. |
No he tomado fotos de nuestra refinería, se las debo. No me gusta poner fotos de internet.
2 comentarios:
TRISTE TUFILLO
En verano estuve en la Península de Paraguaná, el punto más septentrional de Vzla, es una de las zonas del país que tiene el índice delictivo más bajo, además está adornada por paisajes melancólicos y espléndidos, que los complementa uno de los complejos refinadores de petróleo más grande del mundo "Amuay".
Creo que ni siquiera siendo hij@s del petróleo nos cuesta respirar ese aire espeso que nos unta y hace recordar que se acaba y que exiten otras opciones...
BSS
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