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| Imagen tomada de http://michanforo.net/los-10-animes-mas-polemicos-de-la-historia-t2428.html sin autorización. |
Tengo 36 años. No tengo hijos. Lo que voy a escribir podría herir la susceptibilidad de los que sí los tienen y se esfuerzan en inculcarles valores y educación cívica. A ellos: No hagan caso, no es con ustedes.
Hace tiempo que vengo viendo un fenómeno muy particular. En una actividad pública, como por ejemplo: Una escuela de idiomas, existen salones individualizados, no insonorizados. Pues bien, a las 17:00 empiezan las clases de las niñas ( de 5? 7? años, no tengo idea). El hecho es que al terminar su clase, salen excitadas como es de esperarse a donde están sus representantes... Hasta ahí normal: risas, un poco de cotilleo, y mientras llega el momento de marcharse... se ponen a jugar (el escondite, por ejemplo). LOS CHILLIDOS SON ESPELUZNANTES, desesperantes, el caos se apodera de los espacios comunes, de los que estamos sentados esperando para clases, de los salones que no están cerrados...
¿Cree el lector que alguno de los representantes mueve un músculo para decir. -Calladitas que hay clases- o llamar a su respectiva niña y decírselo personalmente si no quiere ofender a las otras madres... O cualquier gesto o seña que induzca a jugar en calma o menor decibelio? (Bueno, se hacen un poco al panorama, seguro que ustedes también lo han visto.)
Una niña como de cinco años y su madre:
-Pónte el jersey que hace frío-
-no me lo quiero poner-
-anda, póntelo, mira a fulanita que se lo puso-
-que no quieeerooo...-
-Se lo tiene que poner, verdad señora? (Mirándome a mí!)
(que noooooo)
-Bueno pues si te enfermas es tu culpa!-
Qué? Como ha dicho? Pero si su responsabilidad es enseñarle a ponerse el jersey porque hace frío y además que las normas hay que cumplirlas, que debe hacerlo porque usted se lo dice, hacerla comprender por qué sin maltrato pero con inteligencia (no?).
No soy una generala. Ni me interesa criar a la niña de esa señora. Me encantan los niños que juegan felices, se divierten... pero últimamente donde sea que voy, parece que la palabra convivencia ha desaparecido: Chillidos exasperantes y sin necesidad, oiga que no están sordos! Los niños hacen y deshacen lo que quieren y los padres miran para otro lado!
El piso de arriba de mi hermano: La dueña tiene dos nietas...cuando están allí es como si fuera un campo de marcha militar. Yo comprendo que los niños juegan, son inquietos....pero no se les puede educar a no correr por los pasillos porque -debajo vive gente y no debemos molestarles-? Que si es un dia, dos dias a la semana... pero todos los dias! Es una comunidad! Eso implica saber convivir!
Y es que eso me lleva a la siguiente conclusión: Si nos preocupa que los jóvenes de ahora carecen de valores, son superficiales, son fruto de una generación de padres que quizo darles todo lo que ellos no tuvieron, una generación que no sabe lo que es pasar necesidades (Aunque parece que vamos encaminados...)... ¿Qué esperar de estos niños, sin son unos verdaderos tiranos que manejan el mundo a su alrededor, a sus padres...como les da la gana? y ni se me ocurre llamarle la atención a uno de estos niños. Por ejemplo: Chicas hablen más bajito que hay clases! Creen que sirve de algo? Si no me gano una bronca de los padres es de milagro!
Tal vez tengo mala suerte y a los sitios donde voy se concentran niños malcriados y chillones, puede ser. Tal vez no tengo paciencia, puede ser.
Lo que está claro es que las normas de Mínima convivencia son claras: tus derechos terminan donde empiezan los mios. Los padres se supone que lo saben, igual que tíos y abuelos. Lo que no se dan cuenta es que están criando tiranos...que nos cuidarán y gobernarán en el futuro...
Que Dios nos agarre confesados!

2 comentarios:
Pues sí. Yo batallo con 26 todas las mañanas. Con 26 madres, que son peores que sus hijos/as.
Tenía muchísimas ganas de que leyeras esta entrada y me comentaras, precisamente por tu experiencia. A veces me siento un poco "bruja" y me pregunto si soy yo que tengo algún reprimido instinto anti-niños... lo que me faltó comentar, es que de esa educación que tanto hace falta no son responsables los maestros, aunque algunos padres pretendan excusarse así. Coincido con lo de las madres y padres, porque igual sucede cuando el niño es un paciente.
Gracias por comentar!
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